lunes, 6 de abril de 2015

La tecnología, el yugo que nos hará esclavos

Último día de vacaciones, y tras esta Semana Santa tan soleada decimos adiós a esta aventura bloguera. Echando un vistazo rápido, se puede comprobar que, sorprendentemente, la tónica dominante radica en la crítica de la inclusión desmesurada de la tecnología en nuestras vidas. 
Durante estos días he disfrutado de la libertad, del buen tiempo, de largos paseos y fiesta con los amigos. Hemos podido ver gran variedad de procesiones con tallas de una calidad artística incalculable, y los más creyentes habrán vivido con pasión los últimos días de vida de Jesús de Nazaret. Una desconexión de la tecnología que termina ahora, con la vuelta a la rutina.
Como último tema a tratar antes de la vuelta a las clases, me gustaría analizar una noticia del diario ABC en la que se explica que "las hormigas robot sustituirán a los obreros en las fábricas". Resumiendo, han creado unos pequeños robots llamados BionicANTs, capaces de cooperar entre sí y realizar tareas complejas. Y yo me pregunto, ¿dónde está el límite entre la máquina y el hombre? ¿Dónde está el límite entre un trabajo digno y la eficiencia productiva? En la noticia se afirma que en un futuro, los trabajadores podrán ser sustituidos completamente por la tecnología. ¿De verdad esta evolución es ir hacia delante? ¿Es preferible desarrollar una máquina capaz de realizar tareas concretas o dar trabajo a miles de ingenieros que verán cómo son inservibles en un futuro?


Tras pensar  detenidamente en ello, he llegado a la conclusión de que esto posiblemente se extienda a todos los ámbitos de la sociedad. Así, al igual que mi amigo ingeniero industrial será sustituido por una hormiga biónica, otro amigo abogado será sustituido por una gran base de datos objetiva que dicte sentencias sin necesidad de jueces ni abogados. Mi vecino, futuro médico, verá cómo su trabajo va siendo realizado poco a poco por máquinas capaces de detectar y solucionar cualquier enfermedad. Posiblemente mi sueño de escribir en algún periódico en papel será absurdo, ya que no existirán. Quizá la radio también desaparezca y, quién sabe, los reporteros sean sustituidos por androides con cámaras integradas. Llegará un momento en que haya que marcar claramente el límite entre lo humano y lo electrónico, pues nuestra propia evolución será nuestro propio yugo.

1 comentario:

  1. Comparto contigo la necesidad de establecer un límite entre lo humano y lo electrónico. Muchos afirman que nos preocupamos demasiado por el futuro que nos depararán las nuevas tecnologías pero, no soy capaz de ignorar todo lo que pueden traer consigo. No solo desaparecerán profesiones tradicionales a las que se dedica una gran cantidad de tiempo sino que se instaurará una era de sedentarismo, donde la tecnología sea utilizada ya a niveles innecesarios.

    ResponderEliminar